- "Haceros un serpi que vea cómo vais vestidas."

- "Pues yo prefiero comer en los 100 bocaditos."

¡Hola!

Después de mucho tiempo queriendo aprender a hacer galletas, ¡hoy ha llegado el día!

El otro día mi hermana me hizo unas con sabor a las galletas Lotus (buenísimas) que llevaban caramelo (os pasaré la receta), pero las que a mí me encantan de siempre son las típicas de mantequilla que vienen en una caja de lata, ¡y por fín las he cocinado hoy!

Os traigo la receta porque es hipersencilla y merece que la hagáis todos mañana mismo (QUE ES NAVIDAD, SE PUEDE ENGORDAR UN POQUITO!). Igual no sois tan palurdis como yo ya sabéis hacerla, pero para quién no o quién no recuerde cómo eran... ¡toda vuestra!

Ingredientes:

• 150 g de mantequilla
• 150 g de azúcar
• 50 ml de leche
• 1 huevo
• 325 g de harina de trigo
• 1/2 cucharadita de sal
• Azúcar glass

Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente antes de empezar, porque sino será  más difícil crear la masa.


Elaboración:

1. Mezclamos la mantequilla con el azúcar hasta obtener una crema bastante pringosa.
2. Añadimos el huevo y mezclamos bien. Incorporamos la harina con la sal. Mezclamos hasta que se junten los ingredientes y añadimos la leche poco a poco. Envolvemos la masa en film y dejamos reposar 30 minutos en la nevera.
3. Estiramos la masa sobre la mesa de trabajo espolvoreada con azúcar glass.
4. Horneamos a 180 ºC durante 12 minutos o hasta que empiecen a estar doradas (dorado muy claro).

Y  ¡violà!
Unas galletas de mantequilla tan ricas como las mías. Perfectas para envolver en un paquetito y regalar por Navidad :)

Quiero volver a vivir en el 3B, aunque eso signifique tener todas las fiestas en la puerta de mi habitación o tener que aguantar una cocina asquerosa. Quiero asomarme a la ventana y ver el árbol lleno de zapatos, de ir a lavar la ropa en grupo, de olvidarme las bolsas cada vez que voy al Lidl a por suministros y descubrir que existe una leche barata que no caduca a los dos días. Quiero volver al Monkeys, o volver a vivir una fiesta latina como aquella (más bebida, por favor, guiño guiño). Quiero tener que coger dos autobuses y desplazarme hasta el inframundo para ir a clase, volver a tomar tequila with cinnamon, comer comida picante por 2'5€ y café gratis, tener que conseguir sellos por actividades para aprobar, las fiestas sorpresa, las reglas odiosas al jugar a juegos de beber. Quiero volver a un Cottage, a Laponia e incluso a ir a Kauppatori andando con el suelo lleno de hielo. Quiero más fiestas de disfraces, pagar por dejar el chaquetón y arruinarnos por una mini botella de vodka. Quiero que Tiger vuelva a ser nuestra tienda más visitada, viajar en el súper crucero de Viking Line, tener a dos belgas locos por amigos, ir a clase de Monkey Project con resaca y pasar 7h intentando no dormirme. Quiero volver a tener que decir "Hyvää" cada mañana y "Moi moi" al despedirme, ir a ver el hockey, tener a los mejores koreanos por vecinos y compañeros de clase, las noches de cine en una habitación o las cenas juntas, tener a las dos checas locas por amigas, volver a montar en trineo tirado por huskies y visitar de nuevo a Papá Noel. Quiero que vuelvan los atascos de gente en los pasillos los días de fiesta, volver a dar clases de cómo hacer una tortilla de patatas, que mi vecino de arriba me baile flamenco a las 5 de la mañana, volver a tener que hacer 500 fotos por día, a ponerme cinco capas de ropa, a encontrarme unos guantes en el suelo y volver por el mismo sitio ocho horas después y seguir viendo los guantes que esperan a que su dueño los recoja, ver las velitas navideñas en triángulo de las ventanas, vivir al lado de un cementerio, a comunicarme vía skype con los míos e incluso tener que pagar 50€ por perder la llave o estar durmiendo y que entren sin avisar a revisar si la habitación está correcta. Pero lo que más más quiero es volver a estar con todos vosotros, que os misseo una barbaridad.

Hoy os vengo a hablar de la web de Postcrossing y el intercambio de postales. Los amantes de las cartas a lo antiguo o snail mail estarán encantados tanto como yo!

• Señalas la opción de querer enviar una postal y, al azar, te asignan una persona de cualquier parte del mundo y de cualquier edad a la que tendrás que enviarle tu primera postal. Puedes visitar su perfil, ver las cosas que le gustan y el tipo de postales que prefiere recibir.
• Además, te facilitarán su dirección así como un código que deberás escribirle en la postal que envíes.

Últimamente me he hecho fan incondicional de las lucecitas para decorar cada rincón de la casa, fiestas, bodas... Y mi enamoramiento aumenta cuando veo que, de forma muy fácil, puedo crearlas yo misma. ¡Adoro las manualidades, ya lo sabéis!

Estas otras son una variedad de las anteriores. Si no queremos utilizar papelitos de magdalenas, solo tenemos que comprar vasos de papel de colores o formar cuadraditos de origami y meter las lucecitas dentro.

Para las dos siguientes necesitaríamos tarritos de cristal: o sea, ¡a conservar todos los botes de tomate frito o los vasitos de yogures!
Podemos llenarlos con un poco de sal, arena y alguna vela encima y rodear el borde con una cinta coloreds o con pita, que queda muy rústico y bonito, o podemos pegarles hojas de papel pinocho, hojas de periódico u hojas secas de los árboles. ¡Todas las opciones me parecen buenas! Además, da igual que los botes sean de diferente tamaño, eso lo hace más casual.

Siguiendo la idea anterior de no tirar los botes usados, llegamos a los siguientes farolillos. Estos me gustan especialmente, ya que puedes crear el mensaje que quieras en ellos.
Eso sí, tienen mas elaboración. Necestaríamos pintarlos del color que prefiramos y un clavo y un martillo para empezar a hacer agujeritos. ¿A que son preciosos?

En mi casa, porque somos especiales, ayer pusimos las cosas de Navidad y hoy ha venido Papá Noel!

Y es que cuando estuve en Laponia le comenté que estas navidades estaríamos en madrid y que, para no cargar con todo, que si no le importaba adelantarnos sus regalitos. ¡Qué majo!

Se ha portado tan bien este año como yo, por eso me merezco todo lo que me ha traido:

• Un pijama con buhos: camiseta gris, pantalones beige y rosas con goma en los tobillos, me encanta! (Primark)
• Luces de bolitas de colores (Tiger)
• Leggins negrosd y marrones (Mercadillo)
• Tres sellos diferentes para estampar en las galletas que aprenda a hacer! (Casa)
• Botas marrones (Mercadillo)
• Sujetador de color morado (Women's Secret)
• Conjunto interior gris (Women's Secret)
• Zapatillas de casa de erizos monísimas! (Tiger)
• Sellador de estrella (Chino)
• Tablet Bq Edison 3.
• ENTRADAS PARA EL MUSICAL DEL REY LEÓN que llevo esperando toda my life!

He creado un apartado nuevo en mi blog que se llama ACTÚA. En él meteré todo lo referente a proyectos, voluntariado, actividades... que sean solidarias y que, con una migajilla de nuestra parte, podamos construir una montaña inmensa de posibilidades.

La idea me la ha dado un email que ha llegado a mi buzón, en el que me explicaba el proyecto que lleva de nombre de:

Es un proyecto solidario para que, aquellos niños que viven en otros países y que no tienen recursos (Guinea Ecuatorial, Sahara...) tengan un regalo estas navidades.

Me ha parecido una idea genial y fácil de hacer y no quería dejar pasar la oportunidad de compartirla con vosotros. Podemos transmitírselo a nuestros hermanos, amigos, primos pequeños...
Piensa a cuántos niños harías feliz y sacarías una sonrisa, si tú y tus amig@s construís una caja.





Para los que están interesados pero son de otra ciudad, o si simplemente quieres obtener más información, visita 

Cuando me apunté al curso de Monitor de Ocio y Tiempo Libre impartido por ASDE, aunque llevaba muchos años con ganas de hacerlo, no pensaba que fuese a encontrar gente tan maravillosa y que me lo pasase TAN bien.

He de reconocer que el finde anterior no anunciaba tanta diversión y, aunque la gente era la misma, acabábamos de conocernos y la confianza no había llegado aún.

¿Pero este fin de semana? Pasar tres días con ellos me han parecido cortos. Aprender entre risas, con nuestros valores scouts, hacen que sea un curso especial. Nos entendemos los unos a los otros y compartimos experiencias que podemos poner en práctica con nuestros propios niños, en nuestro propio grupo.

Lo que pensaba que iba a ser un año infernal, con fines de semana ocupados por clases interminables y sin poder dormir en mi cama, ha pasado a fines de semana esperados con ansia, dinámicas llevadas a cabo de la mejor manera posible y clases interminables (no, esto no ha sido posible cambiarlo). Eso sí, siempre conseXuando entre nosotros. Y es que las risas con ellos están aseguradas.

Hay tres cosas que no aguanto de la gente (entre otras muchas):

1. Que siempre te echen cosas en cara de algo que llevas tiempo sin hacer cuando realmente ellos nunca las han hecho. Curiosamente, ésta misma gente no suele agradecer los pequeños detalles que has tenido anteriormente. Y no sólo eso, sino que cuando pasas un tiempo sin tenerlos porque no tienes tiempo o porque simplemente, al cabo del tiempo, no te sale hacerlos porque tampoco sientes que lo agradezcan y te desmotivas, te lo echan en cara. ¿Por qué no simplemente hacen ellos lo que les gusta que les hagan? ¿Por que no, si están pensando sobre ello, tienen el pequeño detalle de hacérselo a la otra persona y sorprenderle?

2. Que nunca vean lo que los demás hacen por ellos. Siempre suelen encontrar pegas en lo que los demás hacen, pero nunca ven lo positivo o nunca ven el error en ellos mismos. No son capaces de reconocer cuándo se equivocan y cuándo tiene razón el otro. Y no hablemos de pedir perdón, esa palabra no existe en su vocabulario.

3. Que intenten cambiar tu forma de ser. Si de verdad te gusta cómo es una persona, si quieres tenerla como amiga o como pareja, ¿por qué intentas cambiarla? Se supone que te gusta cómo es. Entiendo, incluso, que se hablen algunas cosas y se puedan modificar algunas actitudes negativas en ella, porque realmente será mejor siendo de esa manera. ¿Pero intentar sacar de una persona algo que sabes que nunca va a salir, porque su forma de ser no lleva a ello? Si te gusta, asume que no es así. Y si no te gusta cómo es, asume que realmente esa persona no es lo que tú esperas que sea. No intentes cambiarla, cada uno es como es.

Voy a darle al play, y dejar que Facto Delafé me de un ratito de relax.

Me acuerdo de muchas cosas de cuando iba al cole, ¡fue la mejor época!

Cuando iba a preescolar, mi percha, como femenina que era, trataba de un dibujito con un tractor rojo. Todo tiene una explicación, y es que era el dibujo que usaba mi primo Marcos en sus años anteriores.

Me acuerdo de las mini mesas. Tenían forma de quesitos y estaban colocadas en círculo. Cada circulo de mesas éramos un color, ¡y la mía era la que más molaba!

Poníamos pegatinas cuando faltaba alguien o dependiendo del tiempo que hacía.

Me acuerdo del punzón y de la bronca de la profesora si clavabas demasiado junto que rompías el dibujo...

Me acuerdo de mi rincón preferido de la clase: ¡el de las cocinitas! Lleno de comida de plástico diferente y muy cuqui. Las comiditas de mi clase eran mucho mejores que las de la clase de al lado, ¡chincha!

Me acuerdo de los zancos hechos con latas de conservas y las carreras que nos metíamos sin matarnos. Además de la caja con forma de come cocos, donde lanzábamos pelotas para encestarlas dentro de su boca.

Me acuerdo del rincón de cuentos, siempre vacío. Y de la alfombra para dormir la siesta. A veces me hacía la dormida aunque la profesora hubiese terminado de leer el cuento, porque así, cuando todos volvían a hacer deberes, yo seguía tumbada descansando.

Me acuerdo del comedor en esa época. Las bandejas no existían y todo iba con platos (primero y segundo). ¿Qué pasaba? Pues que cuando uno terminaba, se iba y dejaba su plato ahí, todos intercambiábamos corriendo el plato vacío del que se había ido, por el lleno nuestro.

¡Y cuando empecé a aprender a leer con el Micho! Leía a toda pastilla pero solo haciendo el ruido de cada letra, ¡era la risa!
O de los deberes de clase. Después hacíamos un cuaderno con todas las fichas de deberes que habíamos hecho. Hace poco encontré uno y ¡desastre total! A lo mejor la ficha consistía en hacer un punto y una pequeña línea recta hacia abajo, y mis líneas estaban en todas direcciones.

Me acuerdo de la casita de Blancanieves y los enanitos que teníamos en el patio. Más tarde las figuras desaparecieron pero la casa siguió ahí. ¡Ay, qué aventuras!

O de cuando los profesores se ponían de acuerdo y nos pasábamos la tarde en la playa jugando (estaba a un paso).

Me acuerdo de sacar arena en el suelo del patio y llenar las bolsas de los almuerzos de ella. Luego hacíamos que teníamos una tienda y las vendíamos.

También me acuerdo de cuando llegaban las 5pm, ¡fin del cole! y me ponía el babi atado solo con el botón de arriba y saltaba las escaleras de tres en tres creyéndome Superman.

De mi seño Ascensión. Y de su hijo Tommy, que me invitaba a sus cumples.

Y sobre todo me acuerdo del triciclo rojo. Era EL JUGUETE. Sólo lo bajaban cuando nos portábamos muy muy muy bien y habíamos hecho todos los deberes. Lo mejor era cuando todos seguían haciéndolos y tú te paseabas con el triciclo como si fueses el Rey de la clase.

Además, me acuerdo de que la pared de mi clase (por fuera) era la Calle Chicle. Toda la gente que tenía un chicle, en vez de tirarlo, lo pegaba ahí. ¡Molaba mucho! Hace poco descubrí que hay una calle en Seattle que es así. ¡Teníamos estilo!

Pero sobre todo sobre todo, me acuerdo de los disfraces de carnaval... todos vestidos de ovejas con bolitas de algodón, o de flores las chicas y los chicos de margaritas... ¡vaya pintas!

Me acuerdo cuando era pequeña e iba a casa de alguna amiga a dormir. Si su cama era la típica en la que había un hueco debajo y si íbamos al baño en mitad de la noche, volvíamos corriendo y pegábamos un salto antes de que nos cogiese la pierna el monstruo de debajo. ¡Y eso que me había tragado cien mil veces la peli Chicos monsters!
Pero lo peor era cuando me tocaba dormir en un colchón en el suelo y el hueco estaba ahí... y claro, no podía dormirme mirándolo, así que siempre me ponía de espaldas con la tensión de que había una presencia detrás mía.. jajaja

¡Hola, hola!

Cuando decides irte de Erasmus, lo primero que tienes que hacer mientras buscas información de la ciudad de destino es buscar información sobre la ESN (Erasmus Student Network).
Consiste en la mayor asociación de estudiantes de Europa que, entre otros muchos objetivos, se encargan de promover la integración de los estudiantes en su país de acogida. En resumidas (que es lo que a los erasmus realmente les interesa), se encarga de organizar fiestas, viajes, actividades con gente y estudiantes nativos, conocer las costumbres, comidas típicas... ¡lo mejor!

Entre otras muchas actividades que la ESN de Turku organizó, unas de las mejores experiencias y más divertidas fue el Cottage weekend. Además, ¡tuvimos la suerte de acudir a otro Cottage weekend preparado por la Turku School of Economics!
Los Cottage son las típicas cabañas de madera finesas en medio del bosque, cercanas a un lago que tienen principalmente sauna y en la que, junto con los amigos, haces barbacoas, sauna, te bañas en el lago helado y te alcoholizas. Y así fue:

Tras volvernos locos para solicitar una plaza por la web, colgándose cada dos por tres: ¡conseguimos estar dentro!

Nos juntaron con estudiantes de todos los países (la mayoría ya conocidos, porque vivían en la Student Village).

En ambos Cottage's (el primero en Sauvo y el segundo, no recuerdo dónde), realizamos una gymkana por equipos durante la mañana. Las dos fueron divertidísimas y gracias a ellas conseguías coger confianza (tras hacer mucho el idiota) con todos los demás. Además, probamos comida típica finesa y alguna que otra bebida.


Al terminar la tarde en el Cottage de Sauvo preparado por la ESN, preparamos una noche de sauna + baño en el lago helado y vuelta a la sauna, y fiesta. Toda una experiencia y una tortura a la vez. ¡¡Mi primera noche de sauna!! Debo decir que fue toda una odisea, cantaban al unísono mi nombre para animarme a quedarme más tiempo... ¡las saunas no están hechas para mí! No conseguía aguantar más de dos minutos ahí metida. ¿La salvación? El lago a -4354543º, que hacía que el cuerpo pasase radicalmente de 50 grados, a -50º jajaja. Además, fue toda una aventura el conseguir llegar desde la cabaña de la sauna al laguito (teníamos que bajar una cuesta a oscuras, en chanclas, corriendo porque te helabas, y luego subirla con el frío metido en el cuerpo!).
En fin, ¡toda una experiencia!

Después de serenarnos, ¡¡empezó la fiesta!!. Jugamos a los típicos juegos de beber y poner normas según el numerito que te saga en el dado, ¡y fue la risa! Además de bailar 461848 de veces la canción "What does the fox say?", la cual se convirtió en mi canción Erasmus y la que hace que sienta morriña por todo aquello.

Tres cosas a destacar de este Cottage,  además del buen rollo y la diversión:

• Momento de Lucía, Marina y yo encerradas en el WC en modo cotillas ON. 
• La confianza cogida con Toon y Kenny y su momento "brrrrrr, caliente".
• La caída de Iker de su cama al suelo, situada a 3m.

Tras pasar una mañana haciendo otra Gymkana muy divertida, llegó la tarde y momento de tiempo libre. Algunos lo invirtieron en meterse en la sauna (yo, después de lo experimentado, pasé) y otros en conocer los alrededores y hacernos fotos:

Me acuerdo cuando mi amiga Pistacho nos acogió a Alex (su ahora novio) y a mí en su casa. Estábamos tan campantes en la habitación de su hermano hablando (él, muy buena persona, nos había dejado su habitación para dormir -comentar que era, en ese entonces, demasiado tiquismiquis con sus cosas-) y la situación era tal que así: Alex y Pistacho sentados en la cama y yo de pie.
¿Qué pasó? Pues que me cansé y decidí sentarme con ellos en la cama. Y... ¡¡CATAPLÁF!! La cama acabó en el suelo con las patas rotas y nosotros muriéndonos del susto.

Por fin he decidido dar un paso hacia aquello en lo que llevo pensando mucho mucho tiempo: ¡por fin he comenzado el papeleo para irme de AuPair el año que viene a Estados Unidos!

Aunque todavía no es nada seguro, no quería dejar pasar la oportunidad una vez más y me puse manos a ello para, por lo menos, tenerlo como opción para el año que viene. Y es que, principalmente uno de los requisitos es no ser mayor de 26 años cuando empiece tu aventura... ¡y yo cumplo 26 en Mayo! (socorro, me hago vieja :(). Así que decidí empezar y ya, una vez que alguna familia contacte conmigo y me convenza todo, ¡pensaré si me voy o no!

Yo he decidido utilizar la agencia AuPairCare, ya que es de las que más referencias buenas he leído. Entre ellas, como sé que servirá de mucha ayuda a aquel que quiera irse, está el blog de Erika donde nos cuenta su experiencia desde que decidió irse a EEUU de AuPair hasta que volvió. ¡A mí me ha ayudado mucho! Además, ahora es una de las chicas que hace las entrevistas a las futuras AuPairs.

Esta agencia solo manda AuPairs a Estados Unidos (ya que en este país sólo está permitido ir de Au Pair siempre y cuando lo hagas a través de una agencia), así que si tu futuro destino es otro, tendrás que seguir buscando agencias o mirar en la web de Aupair-world, creándote tu propio perfil y poniéndote en contacto con las familias directamente.

AuPairCare te pide dos referencias de cuidado de niños que hayas realizado en los últimos años y que sean mínimo 200h (pueden ser 150, por lo que me contaron cuando les llamé para informarme). Estas referencias NO deben ser de gente de nuestra familia. En mi caso, el ser monitora en un Grupo Scout me vale como referencia, además de añadir al niño que estuve cuidando durante dos veranos.
Más tarde, cuando os creéis el perfil de au pair en la web, sí que os pedirán toda la experiencia que habéis tenido con el cuidado de niños desde los 14 años hasta la actualidad (ya sean familiares o no).

En Estados Unidos las distancias son muy grandes, por lo que es posible que vuestra familia os deje un coche para llevar y recoger a los niños del colegio, llevarlos a alguna actividad extraescolar, hacer la compra... y seguramente para tu tiempo libre también lo necesitarás. Así que es imprescindible que tengamos el carnet de coche (más adelante tendremos que validarlo por el carnet internacional), aunque quizás no lo utilicemos.
Por lo que he leído, mucha gente no tenía el carnet de conducir cuando empezó a hacer el papeleo: ¡así que ponte con ello!

En cuanto al nivel de inglés, no preocuparos mucho. He leído demasiadas preguntas de personas que estaban preocupadas porque su nivel de inglés era más bien bajo, y las contestaciones de las au pairs eran que "con que te sepas defender un poco en la entrevista, no tendrás problema". Aunque es cierto que el tener un buen nivel de inglés te facilitará el trato tanto con los niños como con la familia, así que estudiar un poquito antes de irnos no nos vendría nada mal. Además, siempre podemos utilizar nuestro tiempo libre allí para apuntarnos a algún curso de idiomas.

Sobre lo demás... supongo que si os estáis pensando ir a trabajar con niños, es que seguramente tenéis esas cualidades, así que yo os animo a que por lo menos os lo planteéis, hagáis el papeleo y veáis si os gusta lo que os ofrecen.

Yo iré comentando todo lo referente a este tema, ya que en mi Erasmus me lo propuse y al final, por pereza, no lo hice ¡y me arrepiento mucho!

Espero haber servido de ayuda aunque sea un poquitín :)
¡Saludos!

Como ya sabréis, la semana pasada fue la fiesta del cine (¡cine a 2'80€!). ¡Espero que lo aprovechaseis tanto como yo! Fue enterarme de que había, para empezar a buscar las películas que más me interesaban y no dejarme un día sin pisar el cine.

Una de las películas que decidimos ver fue La Isla Mínima, con Raúl Arévalo de actor que me encanta.

¡Hola hola!

Hoy os vengo a hablar de un descubrimiento mágico, al menos para las personas que le gustan los libros ñoños adolescentes como yo:

Además de libros publicados, cualquiera puede crearse una cuenta y subir lo que quiera: poesía, sus propias historias...
Una vez que te registras, puedes añadir los libros que te interesen a tu biblioteca y tenerlos guardados para leerlos más tarde.
¡Además, existe App para móvil y tablet! Así que, si vas en el bus aburrido porque se te han olvidado los cascos de música, te pones a leer y te sumerges en tu mundo (y te pasas la parada por despistado jijiji).
Y tranqui, que se te queda guardado por donde hayas dejado de leer la última vez.

Me acuerdo que, cuando era pequeña e iba a casa de mi abuela, ella me daba golpecitos en la frente con su puño, se lo olía, y adivinaba lo que había comido. ¡Vaya crack mi abuela!

Me acuerdo que, cuando era pequeña, tenía un restaurante montado con mi primo llamado El Rincón del Rey. La comida era de plástico, teníamos una carta con el menú plastificado, una escalera colocada en horizontal como barra, un teléfono de juguete como contacto telefónico y una madre (la mía) que nos aguantaba como una santa pidiéndonos menús diferentes cada dos minutos.
¡Éramos unos cocineros/camareros... que ni en Masterchef!

Este año he decidido por fin sacarme el título de Monitor de Ocio y tiempo libre. Y es que, aunque llevo tiempo de monitora de niños, aún no estaba titulada y tenía ya muchas ganas, para poder irme de campamentos cobrando de verdad! jijiji
Por ahora me está encantando. Estoy conociendo mucha gente nueva con la que paso un fin de semana al mes de acampada y con los que comparto muy buenos momentos.
El otro día acabamos haciendo una actuación de todas las canciones de Disney con guitarra en mano, (¡hay gente igual de friki que yo!).

Hoy os traigo tres juegos bastante divertidos de presentación destinado tanto para niños como para mayores. Son bastante divertidos, y sirven tanto para aprenderte los nombres como para romper el hielo, dejar la timidez a un lado y empezar a coger confianza entre unos y otros. ¡Ahí van!:

•  Macedonia de frutas: Nos colocamos todos en círculo y uno en medio, que es el que se la queda. Cuando el que se la queda se coloque delante de uno de los del círculo y le diga "limón", el otro tendrá que decir el nombre de la persona que tiene a su izquierda. Si dice "naranja", tendrá que decir el de la derecha. Si lo acierta, sigue quedándosela la misma persona, y cambia de víctima. Cuando vea que todos se conocen más o menos a los compañeros que tienen al lado, podrá decir "¡Macedonia!" y las personas del círculo tendrán que mezclarse de nuevo intentando no coincidir otra vez con los mismos vecinos. Si la víctima se equivoca de nombre, pasa a ser el que se la queda en el centro. Si queremos complicar el asunto, podemos decir "manzana" para que diga el nombre de aquella persona que está al lado de su vecino de la izquierda, o "pera" para decir el nombre de la persona que está al lado del vecino de su derecha. 
• Animales: Nos colocamos en círculo y elegimos un animal que empiece por la misma letra que nuestro nombre. Comienza el primero diciendo su nombre y su animal. El siguiente tendrá que decir el nombre y el animal del anterior más su nombre y su animal. El siguiente tendrá que decir el nombre y el animal del primero, el nombre y el animal del segundo y su nombre y su animal. Y así sucesivamente hasta que el último consiga decir todos. Es complicado, pero es muy divertido, ya que normalmente no conseguimos recordar todos y acabas mezclándolos. Pero si consigues quedarte con ellos, será muy fácil, ya que cuando veas a una persona la asociarás con el nombre del animal y te será más fácil.
• Pistolero: Nos colocamos en círculo mientras la persona que se la queda, se pone en medio. Esta persona tendrá que decir el nombre de uno de los del círculo. Cuando digan tu nombre, te tienes que agachar, y las personas que están a tu lado tendrán que batirse en duelo, apuntarse con las manos y conseguir decir primero el nombre del otro. El que sea más lento, será eliminado, sentándose en el círculo. Al que nombran se vuelve a incorporar al juego, ya que no está eliminado porque aún no se ha batido en duelo. Las personas sentadas ya no cuentan, por lo que si los cuatro que están a tu derecha están sentados y justo dicen el nombre de la persona que, aunque esté más allá de esos cuatro, es el más cercano a ti de pie, tendrás que decir el nombre de aquella persona que se encuentra de pie al lado del que acaban de nombrar. Ganará el pistolero que consiga no ser eliminado.

O no hay ninguna peli interesante en el cine para ver, ¡o vienen todas de golpe! Menos mal que dentro de poco tenemos la fiesta del cine con entradas a 2'90€! (registrarse aquí).
Hoy os traigo "El corredor del laberinto" pero pronto caerá "Si decido quedarme", que además me leí el libro hace un tiempo (y me encanta que los lleven a película!).

Thomas abre los ojos y se da cuenta que está en un ascensor. Lo extraño es que no recuerda nada, ni dónde está, ni quién es. Lo único que aún permanece intacto en su memoria es su nombre, y ya es mucho. Antes de que le dé tiempo a cuestionarse algo sobre sí mismo las puertas se abrirán y aparecerá ante él un extraño mundo. Todo lo que ve son chicos de su edad que tienen su mismo estado de amnesia. Una aventura fantástica que pronto destapará la dura realidad bajo ese velo de incertidumbre: todos ellos están atrapados en un laberinto. Si quieren tener alguna posibilidad de salir de allí y recuperar su antigua vida y aquello que no son capaces de recordar deberán unir fuerzas para escapar. Un mundo post-apocalíptico que les acorralará e irá un paso por delante será el desafío que tengan que pasar estos jóvenes por la libertad.

Tengo la impresión de que últimamente triunfan las pelis basadas en libros de ciencia ficción muy parecidos entre ellos... lo bueno es que me encantan todos.
La primera historia de esta trilogía inspirada en los libros de James Dashner es una película de aventuras, intriga y ciencia ficción, todo junto. Tienes ganas de saber qué hay detrás del laberinto y cómo conseguirán salir de él, dando por hecho que, si fueses tú, no te acercarías ni a mirar a la puerta.
Es una historia interesante y, aunque el final te deja fjeijfwignirngi, solo me queda la opción de leerme el segundo libro, ya que la segunda entrega de la película se estrenará justamente dentro de un año, ¡y no puedo esperar tanto!

Se la recomiendo a todos aquellos a los que les gustó "Los juegos del hambre" o "Divergente", ¡seguro que os encanta!

Debo reconocer que a la hora de elegir como destino de Erasmus Finalndia, lo último que pensé fue en el frío. Había muchas cosas que me llamasen antes la atención, como el ser un país totalmente diferente a España, la cultura, el alto nivel de educación, los paisajes que iba a poder experimentar, un país donde poder practicar inglés, la nieve (que me encanta...). Aunque es cierto que, una vez elegido, quise ir preparada para ello (tampoco soy masoca!).

Lo que más echo de menos en mi vuelta de Cádiz es haber cambiado el dormirme cada noche escuchando el sonido de las olas por el de un ventilador...