Hace un par de meses que mi amiga Fátima me vino emocionada con la propuesta de comenzar juntas la iniciativa de 100 Happy Days. Entre que era una época no muy buena para mí y que comenzaba los examenes, por lo que tendría días de marginación total en casa y no saldría de la habitación más que para inspeccionar la nevera, le dejé un poquillo plantada. Pero tengo una noticia, ¡ya he caído! Soy una más de las que quiere tener en cuenta los pequeños y bonitos momentos especiales que nos ocurren en el día. Y es que la propuesta consiste en eso, elegir una fotografía del día que resuma aquello que lo ha hecho especial. Puede ser desde un plato de comida, una foto a en la playa en la que os habéis pasado el día tomando el sol, una con algún amigo que recoja las risas que habéis pasado esa tarde... En definitiva es recoger lo que quieres destacar de tu día que lo haya hecho especial.
Hace poco comencé algo parecido en mi agenda. Soy de escribir cada detalle de cada día en mi superagenda, pegar cosas de los sitios que he visitado, letras de canciones... Así que hice un apartado cada día dedicado a alguna frase o alguna anécdota que me hubiese hecho risa en ese día. Así, aunque hubiese sido el peor día del universo, al menos encontraba un detalle que hubiese hecho el día mas positivo.

En fin, que si queréis participar solo tenéis que hacer las fotos e irlas subiendo a la red social que queráis con el hashtag #100happydays o #100Diasfelices, así podréis darnos envidia :)

Hoy, mi resumen del día es para él, porque cada momento a su lado marca la diferencia.